Tokyo Ghoul Joker

Tokyo Ghoul: Joker de Sui Ishida se sitúa en el Distrito 20, una sección olvidada de Tokio donde la guerra entre humanos y ghouls nunca da tregua. Esta historia paralela arroja luz sobre los años de formación de Juuzou Suzuya, mucho antes de que su nombre infundiera pavor en las filas del CCG. Con un aire más personal pero igual de crudo que la trama principal, descubrimos cómo el joven investigador dio sus primeros pasos entre sombras, sangre y dilemas morales.

El arranque nos presenta a Juuzou Suzuya liderando un escuadrón destinado a desmantelar la banda brutal conocida como Las Máscaras de Cráneo. Cada miembro se dispersa por las calles, siguiendo pistas que los conducen de una guarida a otra, mientras Juuzou mantiene la vista fija en su objetivo con una letal determinación. Allí aparece Hanbee, fiel camarada de Juuzou, que tras presenciar un acto de maltrato callejero insiste en ayudar a la víctima, pero Juuzou, impredecible y obsesionado con la misión principal, le ordena continuar sin titubear. Un choque de voluntades que muestra desde ya lo jodidamente complicado que puede ser el trabajo del CCG.

La trama da un vuelco oscuro cuando hallan a un hombre destrozado en una estación de tren: víctima evidente de las Máscaras de Cráneo. Esa imagen brutal marca el tono del arco narrativo, un carnaval de horror donde Juuzou desenfunda su kagune con una ferocidad inhumana. Su forma de luchar, salvaje y casi coreográfica, deja claro por qué es temido entre ghouls y humanos. Sin embargo, más allá de la masacre, el corazón de la historia late en Hanbee, cuya evolución emocional adquiere un peso inesperado.

Al aumentar la tensión, Hanbee se ve forzado a enfrentarse cara a cara a la líder de las Máscaras de Cráneo. Ese combate no solo pone a prueba su destreza física, sino que rasga sus convicciones más profundas. Acabar con la vida de su rival, por muy necesario que sea, cala hondo en su conciencia, eh? En ese instante comprende que en este mundo de cazadores y monstruos, la justicia y la venganza se entrelazan hasta volverse indistinguibles.

Tokyo Ghoul: Joker no solo amplia el lore de Sui Ishida, sino que explora la psique de sus personajes con una crudeza poco habitual. Juuzou Suzuya, tras un pasado dificil, revela una sensibilidad inesperada ante el dolor ajeno, pese a su fachada brutal. Esta obra desnuda la fina línea entre el deber y la crueldad, recordándonos que a veces los verdaderos monstruos no visten kagune, sino carne y hueso. Una lectura esencial para entender mejor la vaina oscura que rodea al enigmático Segador.