Kimetsu no Yaiba Gaiden

Kimetsu no Yaiba Gaiden es esa clase de que uno no sabía que necesitaba hasta que lo tiene en las manos. Escrito por Hirano Ryouji, este spin-off nos lleva de regreso al feroz y emotivo universo creado por Koyoharu Gotouge, pero con una vuelta de tuerca: aquí no seguimos a Tanjiro ni a Nezuko, sino que nos sumergimos en los rincones más íntimos de dos de los pilares más icónicos —y queridos— del Cuerpo de Exterminio de Demonios. No se trata solo de acción o nostalgia, sino de una exploración más humana, más cruda y a veces hasta incómoda de esos personajes que parecían inquebrantables.

En Kimetsu no Yaiba: Tomioka Giyuu Gaiden, el frío y distante Pilar del Agua se convierte en el centro absoluto de una narrativa que lo despoja de su coraza. A través de sus misiones como cazador, vemos cómo carga con un peso que no se aligera con victorias ni con tiempo. Giyuu es un hombre atrapado entre la culpa y el deber, un sobreviviente que no se siente digno de seguir vivo. Sus silencios hablan más que sus espadas, y sus vínculos con otros pilares, aunque breves, dejan cicatrices profundas. Su historia no busca redimirlo, sino simplemente entenderlo… y eso la hace aún más poderosa.

El tono cambia pero no pierde intensidad en Kimetsu no Yaiba: Rengoku Kyoujurou Gaiden. Aquí, el radiante Pilar de la Llama nos muestra que el fuego también puede doler. Carismático, valiente, a veces ingenuo, Rengoku se lanza a cada misión con una energía casi contagiosa, pero bajo su entusiasmo arde un compromiso feroz con la justicia y el legado de su familia. Sabemos cómo termina su historia en la serie principal, y eso le da a estas páginas un aire de tragedia anticipada. Cada palabra, cada sonrisa y cada decisión resuenan más fuerte sabiendo lo que viene. Es como ver una estrella fugaz brillar justo antes de apagarse.

Y justo cuando el drama amenaza con sobrecargarnos, llega Kimetsu no Aima!, un giro cómico que nos agarra desprevenidos. Este capítulo es una parodia sin filtros del elenco principal, una especie de terapia de grupo absurda donde todo se vale: bromas internas, situaciones ridículas y expresiones faciales deformadas a propósito. Sirve como un descanso mental, una bocanada de aire fresco en un mundo donde, por lo general, la sangre y las lágrimas no se detienen. ¿Es canon? ¿Importa? Para los fans, es simplemente un regalo inesperado.

Kimetsu no Yaiba Gaiden es más que un apéndice; es un espejo que refleja los rincones más oscuros, nobles y hasta ridículos de un mundo que ya creíamos conocer. Con el trazo detallado de Hirano Ryouji y el respeto absoluto por el legado de Gotouge, estas historias paralelas nos invitan a mirar más allá del combate, más allá de las espadas y los demonios, y a descubrir las grietas, los miedos y las pequeñas alegrías que también habitan a estos héroes. Una lectura obligatoria para los que aún no han superado ese último adiós. O para los que nunca quieren hacerlo.

Y si te hace llorar un poquito o reir como tonto… pues ta bien, eso también es parte del viaje.