Centuria

En Centuria, la libertad no es un derecho, es una guerra, y Julian, un joven con la mirada perdida y el pasado bien enterrado, está dispuesto a todo por alcanzarla. Como buen protagonista que se respeta, se cuela como polizón en un barco de esclavos rumbo al Gran Continente, ese lugar mítico donde todo es posible… o al menos eso dice la leyenda. A bordo, cien prisioneros cargan con cicatrices que no se ven y sueños que ya ni se atreven a pronunciar. Pero Julian no está ahí por casualidad. Él también quiere romper cadenas, pero las suyas son mucho más pesadas de lo que aparenta.

La historia firmada por Kuramori Tooru no tarda en dar un giro retorcido y explosivo. Lo que comienza como una travesía clandestina pronto se transforma en un viaje al borde del abismo, con criaturas que parecen salidas de una pesadilla y fuerzas oscuras que no entienden de lógica ni de misericordia. En medio del caos, Julian tendrá que decidir: ¿huir como un cobarde más o pelear como si no tuviera nada que perder? Spoiler: no es tan valiente como cree… pero tampoco tan cobarde como parece.

Centuria se convierte entonces en una danza sangrienta entre lo mágico y lo salvaje. Magia prohibida, antiguas profecias, enemigos invisibles y aliados que podrían apuñalarte o salvarte, todo depende del dia. Y como si eso fuera poco, las páginas comienzan a escupir secretos. Algunos de Julian. Otros del mismísimo mundo que los rodea. Lo que parecía una simple historia de rebelión se convierte en una epopeya donde nadie está a salvo, y menos el lector.

Con cada enfrentamiento, Julian no solo lucha contra monstruos de carne y sombra, sino también contra ese monstruo que lleva dentro. Ese que le susurra que no puede, que no sirve, que está destinado a fallar. Pero entre rugidos, traiciones y decisiones imposibles, empieza a surgir un lider que no pidió serlo, pero que tal vez el mundo necesite. Porque en Centuria, la esperanza tiene filo… y sangre.

Si te va la fantasía oscura, los héroes rotos, las decisiones grises y ese sabor amargo pero adictivo que tienen las buenas historias de rebelión, esta obra de Kuramori Tooru te va a volar la cabeza. El arte es brutal, la narrativa no da tregua, y lo mejor: nadie está a salvo. Y eso, querido lector, es lo que hace que valga cada maldita pagina.