STAR Strike It Rich

En STAR Strike It Rich, la vida no da segundas oportunidades… a menos que las inventes con los puños. Nozomi Tenma, una exluchadora de 27 años que ha sido rechazada tanto del circuito público como del clandestino, se encuentra en una espiral descendente junto a sus dos inseparables amigas. Ya ni los golpes le levantan el animo. Lo que antes era adrenalina ahora es rutina, y el sueño de brillar en la cima parece tan lejano como la gloria que una vez saboreó. Pero incluso desde el fondo se puede mirar al cielo… y patearlo si hace falta.

Con la dignidad por el suelo y las cuentas por las nubes, Nozomi decide que si el mundo no tiene un lugar para ellas, lo van a construir con sus propias manos (y patadas giratorias). Así nace una idea tan absurda como brillante: un circuito clandestino de lucha femenina, algo completamente fuera del radar pero con un potencial brutal. ¿Una locura? Claro que sí. ¿Una oportunidad? Tambien. Porque a veces no hay nada más poderoso que no tener nada que perder.

El guion de Sandrovich Yabako, en conjunto con el arte imponente de MAAM, da vida a una historia que mezcla la crudeza del ring con la ternura de una amistad a prueba de golpes. STAR Strike It Rich no se conforma con mostrar peleas, muestra por qué se pelea. Y aunque haya músculos y moretones por todos lados, lo que verdaderamente destaca es el fuego interno de estas mujeres que se niegan a desaparecer en la sombra. Y sí, hay sangre. Y sudor. Pero también hay sueños con olor a spray de linimento.

El gran giro llega cuando Nozomi insiste en reclutar a Hina Hongou, una luchadora desconocida pero con una presencia que impone hasta con solo parpadear. Lo que parecía una apuesta segura empieza a tambalearse, porque Hina no solo trae talento, trae problemas, secretos y una intensidad que amenaza con desbordar el ring. En vez de encontrar la salvación, puede que Nozomi haya abierto la caja de Pandora… con guantes de combate.

En definitiva, STAR Strike It Rich es una historia sobre perderlo todo y seguir golpeando. Es para los que ya cayeron pero se siguen levantando. Un que combina la brutalidad del underground con la belleza de la resistencia humana. Porque a veces, para salir adelante, hay que romper unas cuantas reglas… y unas cuantas mandíbulas también.