Kimi No Koto Ga Suki De Ienai

En un mundo donde lo extraño se ha vuelto norma, Kimi no Koto ga Suki de Ienai nos presenta una premisa tan absurda como genial: hace treinta años, unos meteoritos cayeron del cielo y, como si fueran parte de un fanfic intergaláctico, convirtieron a toda la humanidad en homosexual. La heterosexualidad es un concepto olvidado, casi mitológico. Pero claro, siempre hay una oveja descarriada en toda utopia… y en este caso, se llama Kazusa Takanashi.

Kazusa es una chica aparentemente normal, que vive una vida perfectamente integrada en esta sociedad inclusiva y homogénea. Todo sería perfecto si no fuera por un pequeño detalle: está enamorada de su amigo de la infancia, Ayumu, un chico. Sí, un chico. Lo que en otros tiempos habría sido lo más cotidiano del mundo, ahora la convierte en una rareza que debe ocultar a toda costa. Porque en esta nueva realidad, ser heterosexual no solo es extraño, es casi un crimen social.

Lo más tragico (o cómico, depende de tu humor) es que Kazusa se ha convertido en toda una experta en actuar. Sonrisas bien ensayadas, miradas neutrales, gestos amistosos pero no demasiado afectuosos… cada interacción con Ayumu es una obra de teatro donde el guion exige que nunca, bajo ninguna circunstancia, se le escape una pista de lo que realmente siente. Pero como en toda buena historia romántica con toque de caos, un dia algo se le escapa. Y cuando las palabras salen de su boca antes que la razon, el mundo de Kazusa empieza a tambalearse.

Mikami Fumi, autora y artista de esta historia, nos entrega un que desafía las convenciones desde su premisa y las rompe con estilo. Kimi no Koto ga Suki de Ienai no solo juega con los roles tradicionales del romance, sino que los revuelca, les prende fuego y se burla un poquito mientras lo hace. Es una comedia romántica que te hace reir, sentir pena ajena y al mismo tiempo reflexionar sobre lo ridículo que puede ser el mundo cuando la identidad se convierte en etiqueta obligatoria.

Este es tan raro como entrañable, tan divertido como incómodo. Porque al final, la gran pregunta no es si Kazusa logrará amar libremente, sino si el mundo está listo para tolerar una forma de amor que, irónicamente, fue la norma durante milenios. Bienvenido a un romance donde todo está al reves… y sin embargo, tiene todo el sentido del mundo.