Boku To Majo Ni Tsuite No Bibouroku

En Boku To Majo Ni Tsuite No Bibouroku, lo fantastico y lo cotidiano se entrelazan en una historia tan dulce como agridulce. Wataru, un niño perdido en el bosque, es rescatado por una bruja que tiene más de cien años… y un gato negro llamado Hotaru que parece saber más de la vida que muchos adultos. Lo que comienza como un acto de compasion, se convierte con los años en un lazo irrompible entre dos seres de mundos distintos, separados por algo más que la edad: por el mismisimo tiempo.

Criado por esta misteriosa mujer, Wataru va descubriendo que la vida no necesita ser normal para ser feliz. Aunque en el colegio lo señalan como “el hijo de la bruja”, él solo puede pensar en lo afortunado que es. Mientras los demás juegan a crecer, él escribe. Anota cada momento, cada palabra, cada gesto, en sus memorandos —cuadernos que se vuelven sus más preciados tesoros. Porque sabe, desde muy temprano, que nada es eterno… ni siquiera los días felices que parecen durar para siempre.

Con el paso de los años, el niño se convierte en joven, y esa bruja que una vez fue su madre adoptiva, se convierte en algo más complejo. Los sentimientos cambian, se confunden, se intensifican. Y entonces llega esa realizacion: el dia llegará en que él será mayor que ella. No en apariencia, claro, pero sí en tiempo vivido. Porque mientras el cuerpo de Wataru envejece, el de ella se mantiene igual. Una paradoja dolorosa disfrazada de cuento de hadas.

Yuu Mitsuha, el autor y artista de esta obra tan delicada como poderosa, teje con maestria una narrativa pausada, casi como si cada página fuese una entrada de diario escrita con tinta emocional. Boku To Majo Ni Tsuite No Bibouroku no es solo una historia de amor imposible, es un retrato melancolico de cómo el tiempo lo transforma todo: las personas, los lazos, los recuerdos. Y de cómo a veces amar significa aceptar que las cosas no serán eternas… pero sí inolvidables.

Esta historia no grita, susurra. No necesita fuegos artificiales para hacerte sentir. En su lentitud está su fuerza, y en sus silencios, las palabras que no se dicen pero se sienten. Es uno de esoss que parecen sencillos, pero que se te quedan pegados al alma como una cancion que escuchaste solo una vez… pero no pudiste olvidar.