Emilyko es solo una de las muchas «Muñecas vivientes» que sirven en la Casa de las Sombras, cuyos residentes poseen un aspecto completamente negro de los pies a la cabeza y constantemente desprenden hollín de sus cuerpos lo cual tiñe las habitaciones de negro. Cada «Sombra» está asociada con una Muñeca, que extrañamente se parece a la otra. Emilyko debe mantener la casa impecablemente limpia y actuar como la cara de su maestra, Kate. Kate, a su vez, apoya a Emilyko y la trata como su confidente. Esta siempre ha sido la forma en la que funciona su mundo. Sin embargo, el vínculo entre una Sombra y una Muñeca no está del todo claro. Los adultos vigilan a las jóvenes parejas desde los niveles superiores de la mansión y las juzgan, pero ¿con qué propósito?