Kaette Kudasai Akutsu-San

En Kaette Kudasai Akutsu-San, lo que empieza como una invasión doméstica en miniatura se convierte en una de esas situaciones tan incómodamente tiernas que uno no sabe si reirse, suspirar o llamar a la policía. Ooyama, un estudiante de secundaria callado y algo cobarde, lleva una vida tranquila y solitaria, o al menos lo hacia… hasta que Riko Akutsu, una yankee de su clase con más actitud que filtros de Instagram, decide sin previo aviso convertir su cuarto en una especie de club privado no autorizado.

Y cuando digo club, me refiero a su cama ocupada, suss leidos sin permiso, su comida desapareciendo misteriosamente y sus bebidas siendo sorbidas con total descaro. El pobre Ooyama pasa de ser un chico tranquilo a un rehén emocional en su propio departamento. ¿La quiere echar? Claro. ¿Puede? No. ¿Lo intenta? Sí, pero con resultados tan patéticos que ni el portero del edificio lo tomaría en serio. Porque enfrentarse a una chica como Akutsu no es facil: tiene la sonrisa de una demonio, la actitud de un jefe mafioso y una habilidad casi sobrenatural para ponerse en posiciones que, ejem, comprometen la integridad hormonal del protagonista.

Nagaoka Taichi, autor y artista detras de esta delicia de tensión cómico-romántica, nos regala en Kaette Kudasai Akutsu-San una historia donde cada página es una batalla entre el autocontrol y la libido, entre el deseo de estar solo y el miedo de que ella realmente se vaya. Y es que Akutsu, con todo su descaro y travesuras, no es solo una chica molesta. Hay una dulzura escondida entre sus provocaciones, un guiño emocional que sugiere que este jueguito entre los dos va más allá de simples bromas escolares.

Con el paso de los capítulos, este extraño ritual diario entre ambos —ella entrando sin avisar, él protestando sin mucha fuerza— empieza a cambiar. Lo que al principio parecia un asalto descarado se transforma en algo mas intimo, mas real. Ooyama, aunque lo niegue con todas sus fuerzas (y con razón), empieza a acostumbrarse a su presencia. Empieza a esperarla. Y Akutsu, aunque siga con sus bromas pesadas y poses sugestivas, empieza a mostrar pequeñas grietas en esa fachada de chica dura. Tal vez, solo tal vez, estar en ese cuarto caluroso con él no sea solo una manera de molestar… tal vez sea su manera de no sentirse sola.

Lo que hace tan adictiva a esta historia no es solo la comedia ni el fanservice (que lo hay, y en abundancia), sino la humanidad que se esconde detrás de cada interacción. Porque Kaette Kudasai Akutsu-San no trata simplemente de una chica que no se quiere ir, sino de lo dificil que es admitir que a veces, uno quiere que alguien se quede. Es una historia sobre el roce emocional, la incomodidad del afecto no declarado, y la forma tan torpe y hermosa en que los adolescentes a veces aprenden a quererse.