Blue Period

En Blue Period, la rutina brillante pero vacía de Yatora Yaguchi se desmorona poco a poco, y no precisamente porque le vaya mal. El chico lo tiene todo: buenas notas, amigos, fiestas… el pack completo. Pero hay un pequeño gran detalle: se siente hueco, como si viviera en automático en un mundo que le exige excelencia pero no le pregunta nunca qué desea en realidad. Y es en ese estado de apatia disfrazada de éxito donde aparece, como un balde de pintura en plena cara, el arte.

Todo comienza de forma casi accidental cuando Yatora entra al club de arte y queda hipnotizado por una pintura que parece gritarle desde el lienzo. Los colores, la emoción cruda, la expresion sin filtros… todo eso lo revuelve por dentro. Y entonces, algo hace clic. Agarra un pincel como quien agarra una espada y empieza a luchar contra todo lo que lo estaba matando en silencio. Desde ese momento, su mundo deja de estar en escala de grises.

Detras de esta historia visualmente impactante está Yamaguchi Tsubasa, quien escribe y dibuja cada trazo con la misma pasion que su protagonista empieza a desarrollar. En Blue Period, no hay atajos. Yatora se mete de cabeza en un mundo donde la tecnica, la perseverancia y las emociones se mezclan en una tormenta constante. Pero el verdadero reto no es pintar bien, sino descubrirse a si mismo sin miedo a ser juzgado. Y eso, amigo, es mucho más dificil que aprobar matematicas.

El no romantiza el arte como un camino mágico y etereo. Al contrario: lo muestra como un proceso agotador, lleno de inseguridades, comparaciones y momentos en los que uno se pregunta si tiene lo necesario. La presion familiar, los compañeros talentosos, la frustracion constante… todo eso hace parte del viaje de Yatora. Y sin embargo, pese al caos, él sigue, porque por primera vez siente que está vivo de verdad. Que tiene una voz, una visión, algo que solo él puede decir con sus colores.

Blue Period no solo es una historia sobre pintura. Es una reflexion cruda y honesta sobre lo que significa atreverse a elegir un camino propio en un mundo que ya tenia tus pasos marcados. Es una oda a los que se pierden para encontrarse, a los que sienten demasiado, a los que no encajan. Porque a veces, el azul no es solo un color: es una etapa de la vida, intensa, dificil, pero absolutamente necesaria.