Jibaku Shounen Hanako-kun

En Jibaku Shounen Hanako-kun, la Academia Kamome parece ser solo otra escuela japonesa… hasta que empiezas a escuchar los susurros, las leyendas, los cuentos que se pasan de boca en boca con más entusiasmo que los chismes del profesorado. Entre los famosos Siete Misterios que alimentan el alma sobrenatural del lugar, destaca uno que ya es un clásico moderno del terror escolar: el de Hanako-san, ese espíritu que, dicen, concede deseos a quien tenga el valor (o la desesperacion) de llamarla desde el baño del tercer piso. Pero claro, las leyendas nunca te cuentan todo.

Nene Yashiro, una chica de primero con más ilusiones románticas que sentido común, decide invocar a Hanako-san con la esperanza de solucionar sus dramas amorosos. Pero, sorpresa: quien aparece no es la típica fantasmita de cabello largo y aura escalofriante, sino Hanako-kun, un chico muerto con pinta de travieso, actitud burlona y cero interés en cumplir deseos al estilo hada madrina. Y como si eso no fuera suficientemente raro, Nene termina comiéndose una escama de sirena (sí, tal cual) y transformándose en pez. Porque si vas a tomar malas decisiones, al menos que sean memorables.

Por suerte (o no), Hanako-kun la salva. Pero ya sabes cómo funcionan estas cosas: todo tiene un precio. Ahora Nene está atada a él como su asistente, y su mundo da un giro tan brusco que ni con una brújula emocional puede orientarse. Lo que iba a ser una historia romántica escolar termina siendo una aventura paranormal con tintes de comedia negra, misterios profundos y más tensión emocional que un grupo de WhatsApp familiar. ¿El lado bueno? Hanako tiene estilo. ¿El malo? Está muerto y arrastra más secretos que la propia academia.

La obra de Aida Iro, que combina historia y arte con una estética visual inolvidable, se atreve a mezclar lo bonito con lo macabro, lo cursi con lo perturbador. En cada capítulo, los Siete Misterios revelan que sus raíces están más podridas de lo que parecen, y Nene y Hanako deben enfrentarse no solo a criaturas sobrenaturales, sino también a sus propios miedos, deseos y errores. Porque no hay nada más aterrador que enfrentarte a ti mismo… excepto, tal vez, a un fantasma con uniforme escolar y mirada penetrante.

Jibaku Shounen Hanako-kun es esa clase de que empieza como algo ligero y termina clavándose en tu cabeza como una cancion triste que no puedes dejar de tararear. Es raro, encantador, triste, y absolutamente imposible de soltar. Y aunque falten acentos, sobran emociones. Bienvenidos al baño más popular del japonés, donde nada es lo que parece y nadie sale ileso.