Detroit Become Human Tokio Stories

El Detroit Become Human: Tokyo Stories, escrito por Kazami Sawatari y con arte de Moto Sumida, nos traslada al año 2038, en un Tokio donde los androides ya forman parte del día a día. Estas réplicas robóticas, prácticamente indistinguibles de los humanos, han comenzado a reemplazar numerosos trabajos y a convivir con las personas de una forma que parece casi natural. Sin embargo, lo que al principio parece el avance definitivo de la humanidad pronto se transforma en un espejo oscuro de sus propios defectos. La historia de Detroit Become Human: Tokyo Stories no solo continúa el legado del aclamado videojuego, sino que lo expande, mostrando una perspectiva distinta y más íntima de lo que significa ser “vivo” en una sociedad dominada por la tecnología.

Lo que más impacta en este es cómo retrata el contraste entre la idolatría y el rechazo hacia los androides. En Estados Unidos el movimiento antiandroides crece sin freno, pero en Japón ocurre algo diferente: la androide Reina, una cantante y figura pública adorada por millones, se convierte en un símbolo de esperanza. Su existencia demuestra que los androides pueden no solo servir, sino también emocionar, crear arte y conectar con el corazón humano. Sin embargo, Kazami Sawatari no se queda en la superficie del éxito; detrás de los reflectores de Reina hay un mundo que se resquebraja lentamente. La historia plantea la pregunta de si los androides están destinados a obedecer o si merecen, al igual que los humanos, el derecho a elegir su propio camino.

A nivel visual, el trabajo de Moto Sumida es impresionante. Su trazo limpio, expresivo y elegante logra capturar la belleza fría de los androides y la calidez imperfecta de los humanos. Las ilustraciones transmiten una mezcla de melancolia y modernidad que encaja perfectamente con el tono del relato. El detalle con el que Sumida representa los rostros, los escenarios urbanos y los pequeños gestos da vida a una Tokio futurista que se siente tan real como perturbadora. Es en ese contraste entre lo mecanico y lo emocional donde el encuentra su fuerza, generando una sensación de tensión constante que mantiene al lector enganchado de principio a fin.

A medida que avanza la trama, los llamados androides divergentes comienzan a despertar conciencia propia. Algunos desarrollan emociones, otros cuestionan su propósito, y poco a poco surge una revolución silenciosa que amenaza con cambiar la estructura social. Lo fascinante es que Detroit Become Human: Tokyo Stories no se limita a repetir los temas del videojuego; los reinterpreta con una mirada más contemplativa, centrada en el impacto emocional de los personajes y en la ambiguedad moral de sus decisiones. La conexión entre humanos y androides se vuelve tan difusa que, en ciertos momentos, el lector se pregunta quién de los dos es realmente “humano”.

En definitiva, Detroit Become Human: Tokyo Stories es un que combina ciencia ficción, drama y filosofía en dosis perfectas. Su narrativa fluida, el dibujo elegante de Moto Sumida y la reflexión constante sobre la identidad y la libertad lo convierten en una lectura imprescindible para quienes disfrutaron del videojuego o simplemente aman las historias que exploran los límites de la conciencia. Con una atmósfera cargada de emociones y una trama que invita a pensar, este demuestra que el futuro no siempre brilla tanto como prometen las luces de la ciudad. Es una obra que habla de lo que somos, de lo que creamos, y de aquello que, sin darnos cuenta, podría algun día reemplazarnos.