Yakedo Shoujo

El Yakedo Shoujo, creado por Satomi Yuu en el arte y Kantetsu en la historia, es una obra que te deja con una mezcla extraña de incomodidad, curiosidad y fascinación. En apariencia, es solo otro relato escolar, pero basta con conocer a Shiina Hinami para notar que algo mucho más oscuro se esconde detrás de las sonrisas cotidianas. Ella es una estudiante de secundaria que siempre lleva un parche en el ojo izquierdo, símbolo tanto de su misterio como de su dolor. Todo comienza cuando Kaname Aizawa, un compañero de clase común y corriente, se cruza accidentalmente con ella y descubre un cuaderno secreto, donde Shiina escribe sobre su deseo de encontrar el suicidio perfecto. Desde ese momento, la rutina de Kaname se quiebra por completo.

Lo más perturbador de Yakedo Shoujo no es la violencia ni la sangre, sino la forma en que Kantetsu explora los pensamientos más frágiles del ser humano. A través de Shiina, el autor muestra una mente llena de contradicciones, donde la belleza y la locura se mezclan sin piedad. El dibujo de Satomi Yuu es una pieza clave en todo esto: sus trazos son suaves, casi delicados, pero esconden una tensión que se siente en cada página. La mirada de Shiina, cubierta parcialmente por ese parche, transmite una mezcla de inocencia y desesperacion que atrapa sin darte cuenta. Es como si el lector también espiara su cuaderno, compartiendo un secreto que nunca debió descubrir.

Este no busca romantizar el dolor, aunque a veces juega peligrosamente cerca de esa linea. Kaname, al involucrarse con Shiina, no se convierte en un héroe que intenta “salvarla”, sino en alguien que se ve arrastrado por su propio vacío. Su relación no está basada en amor juvenil típico, sino en una atracción morbosa y sincera hacia lo prohibido. En esa conexión hay una extraña humanidad: dos personas que se sienten rotas y que, de alguna manera, encuentran consuelo en su mutua destrucción. Ese equilibrio entre lo trágico y lo íntimo es lo que hace que Yakedo Shoujo se sienta tan diferente a otross de romance y horror.

La narrativa de Kantetsu es tan directa como poética. Usa los silencios, las miradas y los detalles mínimos para crear un ambiente cargado de tensión emocional. Los escenarios, como la escuela o los cuartos oscuros donde Shiina escribe, no son simples fondos: son extensiones de la mente de los personajes. Satomi Yuu logra que cada sombra parezca un pensamiento reprimido y cada trazo de luz una chispa de esperanza que se apaga de inmediato. El contraste entre la belleza visual y la crudeza de la historia hace que la lectura sea tan adictiva como inquietante, y es casi imposible soltar el tomo una vez que empieza.

En definitiva, Yakedo Shoujo no es un para cualquiera. Su historia incomoda, duele y, al mismo tiempo, resulta hipnotizante. Shiina Hinami y Kaname Aizawa representan lo que ocurre cuando dos almas heridas se encuentran sin saber si se van a sanar o destruir mutuamente. La obra juega con los límites del amor, la obsesión y la desesperanza, recordando por momentos al estilo de Prison Lab o incluso al tono enfermizo de Noah of the Blood Sea. Lo que hace especial a este no es solo su historia, sino la honestidad brutal con la que muestra el deseo de morir como un grito silencioso de alguien que, en el fondo, aún busca ser comprendido.