Hay una melodía clavada en la cabeza de Mafuyu Satou. Mientras aprieta la guitarra en sus manos, esta melodía gira y gira, gritando palabras de arrepentimiento, anhelo y pérdida. Pero con su expresión descuidada que siempre parece estar en las nubes, nadie conoce sus verdaderos sentimientos. Sin embargo, un encuentro fortuito con su compañero de clase Ritsuka Uenoyama puede dar por fin a Mafuyu el empujón necesario para dejar oír su voz.