Adabana

En Adabana, NON nos sumerge en un drama silencioso, de esos que se cuecen a fuego lento en la soledad de los pueblos y la presion de las expectativas familiares. Mizuki, una chica aparentemente tranquila y estudiosa, vive atrapada entre los muros invisibles que su madre ha construido a base de control y perfeccionismo. Los examenes de ingreso a la universidad se acercan, y con ellos, también crece la ansiedad, el peso de los sueños ajenos, y la sensación de que su vida ya no le pertenece del todo.

Por suerte, Mizuki tiene una única válvula de escape: Mako, su mejor amiga, confidente y compañera de fantasias imposibles. Con ella puede ser simplemente una adolescente, hablar de viajes, reirse de tonterias y, por un momento, olvidar que la vida parece una lista interminable de obligaciones. En uno de esos momentos de complicidad, Mako le sugiere algo tan tentador como peligroso: una manera rápida de ganar dinero. Nada grave, nada ilegal, solo algo «practico». Y es ahi donde la historia empieza a desviarse, como una flor que se marchita antes de florecer.

Lo que parecía un pequeño desliz, una solucion temporal, se convierte en el inicio de una espiral que arrastrará a ambas chicas a lugares donde la inocencia ya no tiene cabida. Porque en Adabana, cada decision pesa, cada acto tiene una sombra, y el precio de crecer puede ser demasiado alto. NON, con su estilo directo y sin adornos innecesarios, dibuja una historia cruda, tan realista que duele. Una historia donde el peligro no viene de monstruos o villanos, sino de la vida misma, de la presion social, de la soledad y de la necesidad de escapar.

El nombre Adabana no es casual: es una flor que nunca da fruto, una belleza que no lleva a ningun lado. Mizuki y Mako se convierten en simbolos de esa juventud rota por dentro, por fuera aún brillando, pero sin rumbo. No hay exageraciones ni melodrama barato, solo la incomoda verdad de lo que pasa cuando los adultos miran a otro lado y las adolescentes tienen que improvisar soluciones con las pocas herramientas que tienen.

Si buscas una historia ligera y alegre, este no es para ti. Pero si queres una lectura que te incomode, que te haga pensar y que se te quede pegada a la piel como un secreto mal guardado, Adabana es esa historia. Tan silenciosa como devastadora. Y como toda buena flor sin fruto, hermosa mientras dura, pero con un regusto amargo que cuesta olvidar.