Malevolent Spirits Mononogatari

En Malevolent Spirits Mononogatari, los objetos viejos no solo acumulan polvo… también acumulan espiritus. Estos seres, llamados tsukumogami, son espíritus que han poseído artefactos antiguos y han obtenido una forma física. Algunos son tranquilos, otros son violentos, y muchos simplemente están más confundidos que otra cosa. Para mantener la paz entre el mundo humano y el espiritual, el clan Saenome se encarga de devolver a estos entes a su lugar de origen, sin armar escándalo. Pero claro, no todos los exorcistas tienen alma de diplomático.

Hyouma Kunato es un joven del clan, pero su metodo es… digamos, menos pacifico. Su corazon está lleno de rencor desde que un tsukumogami le arrebató todo lo que alguna vez quiso. El chico no exorciza: arremete. No conversa: golpea. Y como era de esperarse, su actitud tiene al abuelo bastante preocupado. Temiendo que su nieto termine provocando una catástrofe sobrenatural, decide enviarlo a la ciudad de Kioto, a vivir con una persona muy especial.

Esa persona es Nagatsuki Botan, una joven tan extraña como encantadora, que no solo convive con seis tsukumogami… ¡sino que los considera su familia! Para Hyouma, esto es como mudarse a casa del enemigo. Pero para su abuelo, es la oportunidad perfecta para que su nieto sane sus heridas, o al menos, deje de querer golpear a cada espíritu que se cruza. Así comienza una convivencia tan surrealista como tensa, en una casa donde las tazas caminan, los cuadros hablan y los cuchillos probablemente tengan sentimientos.

La verdadera magia de Malevolent Spirits Mononogatari no está solo en sus escenas de acción o en su imaginativa visión del folklore japonés, sino en la forma en que enfrenta el dolor, la pérdida y la necesidad de reconciliación. Onigunsou, autor y artista de esta obra, construye una historia donde los espiritus son el espejo de las emociones humanas: caoticas, poderosas y a veces imposibles de controlar. Y mientras Hyouma grita, Botan sonríe. Mientras él quiere destruir, ella quiere comprender.

Porque a veces el enemigo no está en otro mundo, sino en uno mismo. Y aprender a perdonar no es solo un acto de bondad, sino de supervivencia. En fin, exorcismos, espiritus con traumas, familias poco convencionales y un protagonista con cero paciencia… ¿quien puede resistirse? Malevolent Spirits Mononogatari es esa clase de que grita más fuerte que sus fantasmas.