Smiley

El Smiley, creado por Mitei Hattori como autor e ilustrador, nos sumerge en una historia tan inquietante como hipnótica. Desde sus primeras páginas, se percibe un aire de tristeza que cala profundo, una oscuridad que no busca asustar con monstruos visibles, sino con los del alma humana. Yuushi Kamome, un escritor independiente que alguna vez tuvo una vida llena de amor y propósito, ahora solo existe como una sombra de sí mismo. La pérdida de su hija lo ha dejado vacio, y el abandono de su esposa termina de destruir lo poco que le quedaba. El mundo de Smiley no ofrece consuelo, solo preguntas, fe retorcida y una sonrisa que oculta demasiado.

Lo perturbador comienza cuando un simple folleto aparece en las manos de Yuushi, proveniente de un grupo llamado Heart Laughing Society, o Sociedad de la Risa del Corazón. Lo que podría parecer una secta más, pronto se revela como algo mucho más oscuro. El rostro de su esposa aparece en el panfleto, como si lo invitara a seguirla hacia un abismo de esperanza y locura. La narrativa de Mitei Hattori es magistral en cómo juega con los límites de la fe, el dolor y la obsesión, mostrando hasta dónde puede llegar alguien que ha perdido todo. Cada viñeta transmite angustia, y el arte, lleno de sombras y contrastes, potencia la sensacion de que nada es realmente lo que parece.

En Smiley, la sonrisa se convierte en un símbolo tan poderoso como inquietante. Esa expresión que normalmente representa alegría se transforma en algo siniestro, un recordatorio de lo fácil que es ocultar la desesperación tras una fachada amable. Mitei Hattori demuestra una habilidad impresionante para combinar el terror psicológico con el drama humano, y es ahí donde la historia se vuelve adictiva. No hay héroes, no hay redenciones fáciles; solo personas atrapadas entre su dolor y una organización que promete llenar ese vacío. Yuushi, con su fragilidad, se convierte en el reflejo de cualquiera que haya tocado fondo.

Lo que diferencia a Smiley de otross de suspenso es su tratamiento realista del miedo. No recurre a lo sobrenatural, sino a lo que podría pasar en cualquier lugar del mundo: un grupo que se aprovecha de la fe y la desesperanza. Las expresiones faciales, los silencios entre los personajes y los encuadres cuidadosamente diseñados refuerzan la tensión constante. Mitei Hattori no solo cuenta una historia, sino que la hace sentir. Cada página parece un espejo de la mente rota de Yuushi, que busca una salida pero solo encuentra nuevas sombras. Es una experiencia que te deja con el corazon apretado, pensando hasta dónde podrías llegar tú por recuperar algo perdido.

En definitiva, Smiley es un que no busca ser cómodo, sino inolvidable. Su mezcla de suspenso, locura y crítica a la manipulación emocional lo convierten en una lectura tan intensa como necesaria. La pluma y el arte de Mitei Hattori construyen un relato donde la sonrisa se vuelve una advertencia y la fe, una trampa mortal. Quien se adentre en este mundo encontrará una historia que habla de las profundidades del alma humana, del amor perdido y de los peligros que acechan cuando el dolor busca refugio en las promesas equivocadas. Y es que, en Smiley, a veces la sonrisa más brillante es la que esconde la oscuridad más profunda.