Ayakashi Triangle Segunda Versión

En Ayakashi Triangle, el siempre creativo Kentarou Yabuki nos transporta a un Japón lleno de misterios, donde lo cotidiano y lo sobrenatural se mezclan con una naturalidad desconcertante. La historia arranca con Matsuri Kazamaki y Suzu Kanade, dos amigos de la infancia que han compartido desde pequeños una conexión muy especial: ambos pueden ver a los ayakashi, esos espiritus que deambulan en busca de energía vital. Mientras Matsuri ha entrenado como ninja exorcista para eliminarlos, Suzu, en un giro ironico, los adora y se siente fascinada por ellos. Esta tensión en sus formas de ver el mundo hace que su relación tambalee justo en el momento en que la adolescencia empieza a complicarlo todo aún más.

La vida de Matsuri y Suzu da un giro inesperado cuando aparece Shirogane, un gato blanco parlante que resulta ser nada menos que el Rey de los Ayakashi, con más de cuatrocientos años de poder acumulado. Su intención es devorar a Suzu para aumentar todavía más su fuerza, pero el enfrentamiento contra Matsuri cambia el rumbo del destino: el poderoso felino, acorralado, lanza un jutsu que transforma a Matsuri en una chica. La escena, tan absurda como divertida, marca el tono del: un cóctel explosivo de acción sobrenatural, comedia ligera y romance adolescente. Desde ese instante, nada volverá a ser igual.

Convertido ahora en mujer, Matsuri debe seguir cumpliendo su promesa de proteger a Suzu de los ayakashi que acechan, pero también se enfrenta al desconcierto de vivir en un cuerpo distinto. La obra juega con situaciones cómicas y embarazosas, mientras explora los dilemas de identidad y la percepcion de género. Ayakashi Triangle aprovecha esta premisa para construir una narración que mezcla batallas espectaculares con momentos de ternura, sin perder el aire pícaro que caracteriza a los trabajos de Kentarou Yabuki, un autor que sabe moverse entre la acción frenética y el romance juvenil.

Lo más llamativo es que, detrás de los combates y las transformaciones, late una historia de sentimientos que se resisten a ser contenidos. Suzu, que ya sentía algo más profundo por Matsuri cuando era chico, debe replantearse sus emociones ahora que su mejor amigo ha cambiado de sexo. El convierte este enredo sentimental en un motor narrativo lleno de humor y reflexiones sotiles, que se suma a la tensión constante de los ataques ayakashi. En este sentido, la obra no solo se limita a mostrar luchas espectaculares, sino que también aborda cómo el afecto y el deseo pueden trascender las apariencias.

En definitiva, Ayakashi Triangle es una propuesta vibrante que combina fantasía sobrenatural, acción ninja, romance escolar y comedia de enredos. Con el inconfundible trazo y ritmo narrativo de Kentarou Yabuki en historia y arte, el se convierte en un festín para los lectores que buscan tanto adrenalina como risas y ternura. Su irreverencia, sumada a la exploración del amor en contextos poco convencionales, hacen de esta obra una lectura tan extraña como encantadora, donde los límites entre amistad, atracción y destino se vuelven difusos, como si fueran un hechizo imposible de romper.