Chainsaw Man

Chainsaw Man de Tatsuki Fujimoto arranca con Denji hundido en la miseria tras heredar una deuda colosal de su padre fallecido, sin un yen con qué pagarla y sin más familia que un demonio perro llamado Pochita. Sobreviviendo como cazador de demonios a las órdenes de la mafia, Denji utiliza la motosierra infernal de su único amigo para masacrar criaturas sobrenaturales que ponen en jaque su miserable existencia. Una combinación tan descabellada como letal, que te deja pensando si no existirán peores trabajos en este jodido mundo.

Todo da un giro macabro cuando Denji es traicionado por aquellos que creía “aliados” y acaba asesinado en plena faena. En un último acto de lealtad, Pochita se fusiona con su cuerpo para salvarlo, resucitándolo como un híbrido de humano y demonio con motosierras brotando de sus brazos y cabeza. Así nace el temido Chainsaw Man, un ser capaz de desmembrar a sus enemigos con un espectáculo de engranajes sangrientos que ni el mejor carnaval steampunk se atrevería a imitar.

Con su nueva forma, Denji llama la atención de la Agencia de Seguridad Pública, esa organización gubernamental que caza demonios para mantener la (frágil) paz. Aunque al principio se siente más forzado que aplaudido, pronto descubre que sus nuevos jefes le ofrecen algo impensable: dinero, techo decente y, sobre todo, la promesa de placeres simples como comer un buen ramen sin pensar en deudas. Vaya cambio de vida, ¿no? De mendigar migas a tener un sueldo y hasta vacaciones (si así les llama uno a sobrevivir a misiones mortales).

Pero no todo es fiesta con motosierras. El sendero de Denji está plagado de demonios que desafían la lógica y cazadores de demonios cuyo corazón es tan oscuro como el de las propias criaturas. Entre misiones suicidas y decisiones morales que te dejan con un nudo en la garganta, nuestro protagonista intenta descifrar sus verdaderos deseos: ¿fama? ¿dinero? ¿o simplemente una vida normal que tal vez nunca será tan normal como él imagina? Puedi que las respuestas estén más cerca de lo que cree… o más lejos, quién sabe.

Chainsaw Man combina acción a lo bestia, horror visceral y un humor tan negro que te ríes para no llorar. Fujimoto disecciona la humanidad al ritmo de un motor rugiente, recordándonos que, a veces, las metas más simples pueden ser las más difíciles de alcanzar. Porque en un mundo donde demonios y humanos se funden, lo más terrorífico podría ser descubrir quién vive realmente dentro de ti.