Dead Tube

En Dead Tube, la humanidad se vuelve espectáculo y el horror se convierte en entretenimiento premium. Todo empieza cuando Tomohiro Machiya, un chico aparentemente normal y amante del cine, acepta una propuesta peculiar: grabar a Mai Mashiro, una nadadora tan bella como perturbadora, durante dos días enteros. Lo que al principio parece un simple experimento audiovisual, termina convirtiéndose en el prólogo de una pesadilla sangrienta donde la camara no solo captura imagenes, sino tambien almas.

El giro llega sin anestesia: en el segundo día de grabación, Mashiro asesina brutalmente a un compañero de clase frente a la lente. Machiya, paralizado entre el horror y la fascinación, queda atrapado en este torbellino de violencia. Cuando otra persona asume la culpa por el crimen y Mashiro le confiesa con una sonrisa que el video se volvio viral en Dead Tube, queda claro que aquí nadie está a salvo. Porque sí, en este rincón oscuro del internet, las vistas valen más que la moral.

Dead Tube, obra escrita por Yamaguchi Mikoto y dibujada por Kitakawa Touta, nos arrastra por un relato donde cada clic tiene un precio. La historia mezcla horror psicológico, crítica social, suspenso extremo y una buena dosis de sadismo digital, mientras desnuda la peor cara del voyeurismo contemporáneo. No se trata solo de sangre por sangre, sino de una competencia perversa donde el objetivo es ir siempre un paso más allá… hasta que no queda nada que perder.

A medida que más estudiantes se suman a esta carrera por la fama, las reglas del juego cambian y se vuelven cada vez más sádicas. Los que no cumplen con el nivel de impacto son castigados sin piedad, y Tomohiro, ya implicado hasta el cuello, debe seguir filmando si quiere sobrevivir. Porque en Dead Tube, parar es morir, y mirar también te hace complice. Cada decisión lo empuja más cerca del abismo, y cada nuevo video es un paso hacia la autodestrucción.

Así que si te atraen las historias que incomodan, que te obligan a cuestionar tus propios limites morales mientras sostienes el celular en la mano, Dead Tube es tu veneno perfecto. Es oscura, retorcida, adictiva… y terriblemente real en un mundo donde ya casi nada nos sorprende. Dale play si te atreves, pero no digas que no te avisamos.