Ranger Reject

En Ranger Reject, el mundo parece vivir bajo la constante amenaza de la destrucción. Hace trece años, una nave en forma de castillo flotante apareció en los cielos, trayendo consigo al Ejército Villano, una fuerza alienígena que parecía invencible. Para contrarrestar esta amenaza, surgieron los legendarios Dragon Keepers, también conocidos como Divine Dragon Rangers, quienes con sus trajes coloridos y poderes sobrenaturales se erigieron como los salvadores de la humanidad. La gente los adora, los celebra y los ve como la última esperanza frente al caos. Sin embargo, detrás de esta fachada gloriosa se esconde una verdad tan retorcida como irónica: los supuestos villanos llevan años siendo esclavizados, obligados a participar en un espectáculo semanal de destrucción para mantener la farsa de la eterna batalla entre el bien y el mal.

El, creado por Negi Haruba en historia y arte, desarma con humor ácido y acción trepidante las convenciones del género de superhéroes. Lo que debería ser un relato épico sobre la resistencia humana se convierte en una sátira despiadada, mostrando que la supuesta lucha contra el mal no es más que una maquinaria de propaganda. Los monstruos derrotados semana tras semana no son amenazas reales, sino marionetas obligadas a morir frente a las cámaras, para que los Rangers mantengan su estatus de ídolos intocables. Es en este contexto absurdo que surge un protagonista inesperado: un simple soldado del ejército villano que se cansa de vivir como carne de cañón y decide rebelarse desde dentro del sistema. Su meta no es menos que destruir la mentira en la que vive la humanidad.

El atractivo de Ranger Reject reside en cómo subvierte las expectativas del lector. En lugar de seguir al héroe tradicional, seguimos al supuesto villano, quien, disfrazado y oculto entre las filas humanas, se infiltra en los exámenes para convertirse en uno más de los Dragon Rangers. Esta premisa absurda, que en otro contexto sonaría a parodia, se convierte aquí en una historia de infiltración cargada de tensión, giros inesperados y un humor mordaz que nunca deja de recordar al lector que nada es lo que parece. El protagonista encarna tanto la desesperación de alguien que no quiere seguir siendo esclavo, como la ironía de convertirse en aquello que odia con tal de derrumbarlo desde dentro.

El estilo de Negi Haruba brilla en esta obra porque no teme mezclar tonos contrastantes: del dramatismo de la rebelión pasamos al ridículo de los espectáculos televisivos, de la épica de las batallas a la crudeza de la manipulación mediática. Es un que se ríe de los clichés del shônen, pero que al mismo tiempo utiliza su misma energía para construir escenas memorables y personajes que, entre la exageración y la sátira, terminan transmitiendo una crítica profunda a la cultura del entretenimiento y a la idolatría de los héroes. La narrativa está llena de ironía, pero también de una extraña honestidad: ¿qué pasa cuando los supuestos salvadores son en realidad verdugos disfrazados?

En resumen, Ranger Reject no es un simple de acción, es un comentario ácido sobre la falsedad del espectáculo y la facilidad con la que una sociedad puede vivir engañada mientras el show continúe. Con un ritmo vertiginoso, personajes que rompen estereotipos y un humor que no teme ser irreverente, Negi Haruba nos entrega una obra que tanto entretiene como incomoda. Es un que invita a reírse, sorprenderse y reflexionar sobre qué significa realmente ser un héroe y qué precio se paga cuando todo lo que consumimos es un espectáculo cuidadosamente fabricado. Una lectura imprescindible para quienes buscan un shônen distinto, cargado de sarcasmo, adrenalina y crítica social.